Una regular actividad física es fundamental para el
crecimiento de los niños. la ciencia nos dice que el ejercicio físico en edad
evolutiva es esencial para el desarrollo motor y también para aquel psicológico
y social.
La danza, en particular, es una de las disciplinas
más útiles y completas para la formación de los niños, porque al movimiento se
asocia el lenguaje artístico y el contacto con las mismas emociones. A base de
cada paso de danza hay ante todo una adecuada preparación física, basada sobre
las características individuales del niño.
Hay muchos beneficios a nivel:
- Físico: los ejercicios de danza ayudan a evitar el sobrepeso, a tener una postura correcta, a mejorar fuerza, agilidad, elasticidad articular y resistencia muscular.
- Cognitivo: mejora la concentración, la atención y las capacidades de aprendizaje. La danza favorece el crecimiento neuronal y activa conexiones del cerebro útiles en otros contextos.
- Social: los niños aprenden a escuchar, a estar con los otros, a probar satisfacción por los esfuerzos acabados, a disciplinarse por el logro de un objetivo.
- Personal: educar al ritmo y a la música, pone el niño en sintonía con el propio instinto y con el espacio en que se mueve. Es útil para conocer el propio cuerpo, para tomar conciencia de las propias capacidades y potencialidades, para expresar libremente el malestar y la alegría, las sensaciones y los sentimientos y también para administrar angustia, agresividad y exuberancia.
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